La nueva revolución industrial ha comenzado. En efecto, nada menos que los herederos de la fortuna Rockefeller han anunciado recientemente que se retirarán del petróleo e invertirán en energías limpias renovables.
Aunque es más fácil decirlo que hacerlo.
Mientras tanto, el mercado bulle de innumerables instituciones de investigación, preocupaciones sobre la energía, empresas emergentes y fabricantes de automóviles que afirman que han encontrado la manera (y especialmente los medios) de obtener energía del futuro. Sostenibilidad. Aunque todavía no conocemos los medios concretos que se usarán a gran escala, ya está claro que no hay vuelta atrás.
Más que nunca, la forma de avanzar es mediante la cooperación internacional: los diseñadores de sistemas alemanes están trabajando codo con codo con los fabricantes chinos para vender sistemas en el norte de África para proveer energía a España… y no se vislumbra el final. Desde teléfonos móviles hasta buques cargueros, la energía limpia pronto asumirá un papel más importante, con varios países que ya predicen que más del 50 % de la producción de electricidad será generada a partir de EE.RR. en 2050.
La omnipresencia de la energía es tal que las EE.RR. inevitablemente se desbordan a otros campos de manera notable. Por ejemplo, el coste de los proyectos solares y eólicos ha caído hasta el punto de que se están desarrollando varios proyectos de desalinización en las regiones del planeta más áridas. En lo que atañe a la movilidad, todo, desde los monopatines hasta las locomotoras pueden alimentarse de hidrógeno producido a partir de energías renovables.
Es más, no existe ningún consenso en absoluto en lo que se refiere al tipo de sistema o combinación de sistemas que prevalecerá como tecnología dominante. ¿Campos eólicos en alta mar? ¿Instalaciones fotovoltaicas a escala industrial o instalaciones privadas en los tejados? ¿Baterías o celdas de combustible? ¿Vehículos eléctricos o con celdas de combustible? ¿Una combinación de ambos? ¿Qué hay de la normativa y la legislación? Por el momento, la posibilidad de cualquier acuerdo internacional global está a años luz.
Por lo tanto, es algo que nadie sabe. Lo que sí sabemos, sin embargo, es que la carrera está en marcha. Es posible que, de hecho, haya muchos ganadores al final. Porque, en este entorno vertiginoso, tan cambiante, las reglas están por hacerse y nadie puede afirmar ser un experto en un campo que sin duda habrá cambiado completamente para la próxima semana. No obstante, los traductores de Magna Carta han visto el sector crecer en las últimas dos décadas con gran interés (y participación). Por supuesto, somos muy sensibles a las cuestiones más importantes y nos mantenemos constantemente vigilantes sobre las novedades.
Los lingüistas de MC han participado en numerosos proyectos sobre EE.RR.:
- Estudios de I+D de corporaciones públicas que pretenden integrar las EE.RR. en la red local
- OPI para empresas emergentes de EE.RR.
- Memorandos de entendimiento y contratos entre institutos de investigación y el sector privado, transferencia de tecnología
- Software de gestión de redes
- Convocatorias de licitación
- Energía eólica
- Energía mareomotriz, tecnologías de las corrientes marinas
- Celdas de combustible y sus aplicaciones
- Proyectos de desalinización
- Movilidad eléctrica para fabricantes de equipos originales
- Suministro de energía a la red
- Economía del hidrógeno
- Almacenamiento eléctrico
Casi todas las ramas y actividades del derecho están relacionadas con la adopción de energías renovables desde la etapa de la I+D hasta el uso cotidiano.
- Acuerdos entre instituciones de investigación y el sector privado
- Contratos de suministro
- Marco regulatorio
- Finanzas
- Cooperación internacional
- Medioambiente
En efecto, las energías renovables está anunciando el comienzo de una nueva era para la humanidad. Aunque no sepamos en qué dirección soplará el viento mañana, está claro que no hay límites a los retos y oportunidades que nos llevarán a un futuro energético más limpio, más económico y más sostenible.